Una persona totalmente normal ¿es perfecta?

Imaginémoslo así, una persona que va a la escuela y le dejan una tarea; lo normal sería que la hiciera y la entregara, supongamos que la persona normal lo hace, hace exactamente lo que le pidieron, no le falta nada ni hizo trabajo demás.

A esta persona, la invitan a salir por la noche sus amigos, supongamos que va. Llegan a un antro, baila lo normal, se divierte lo normal, no es aguafiestas pero tampoco se sobrepasa, todo bien. Ahora esta persona entra en una discusión, en una discusión normal, defiende sus argumentos sin ser muy agresiva pero tampoco deja de la pisoteen, actúa de manera normal.

Así podemos poner muchos ejemplos, donde la normalidad no tiende a excentricidades, no hay excesos ni deficiencias; entonces podemos pensar:

¿Ser normal es estar en equilibrio?

Podría ser, si tomamos en cuenta que el equilibrio es siempre tomar algo de los extremos y unirlo de manera que no haya incompatibilidades. Pero entonces ¿no es acaso una persona equilibrada, a la cual podríamos llamar perfecta?

La persona equilibrada de la que hablamos al principio, la persona normal, hace todos sus deberes bien, se divierte y defiende sus ideas, busca progreso de manera normal. Si la analizamos desde un punto de vista frío, casi podríamos decir que tiene un estilo de vida perfecto, sin huecos de diseño ni grandes deficiencias.

La perfección no es la excelencia

Después de decidir que la persona anterior es ‘perfecta’, pensamos que una persona perfecta tiene que ser la mejor en todo, la más veloz al correr, la que habla de manera más fluida, la que pasa más tiempo con sus amigos, la que pasa más tiempo en estudiando… ¿cómo?, ¿es posible eso? No.

No podemos ser lo mejor en todo, no podemos decirle 'sí' a cualquier oportunidad, ¿porqué? Porque en el momento en que le decimos ‘sí’ a algo, le estamos diciendo ‘no’ a la actividad opuesta, que en ocasiones no es tan despreciable.

¿Estudiar o socializar?

Es entonces cuando tenemos que ver todo de manera relativa, si le preguntamos a una persona mayor es muy probable que nos diga que cada cosa tiene su tiempo, es decir ¿debemos buscar un equilibrio? Volvemos al principio, una persona perfecta está en equilibrio.

Si al final de todo esto pensamos que ser normal es ser perfecto, entonces:

¿No seremos todos nosotros, los imperfectos, anormales?